Guatemala está llena de contradicciones. Durante las navidades se ven las calles llenas de luces y la radio emite canciones de paz y armonía, cuando cuatro de cada 10 niños están desnutridos y en uno de los países con más alto nivel de violencia del mundo. Es una población que se queja del tráfico, de la baja productividad, de la basura que inunda calles y carreteras, de la violencia, de la corrupción, pero lo único que hacen es encerrarse en sus casas esperando que el partido que gobierna les arregle todo eso. Si nada cambia y todo sigue igual, la población sigue con los brazos cruzados esperando que a los 4 años un nuevo gobierno les dé la solución. |
Guatemala está lleno de carteles anunciando compañías telefónicas y están consiguiendo que la población crea
que el teléfono móvil es indispensable en sus vidas
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Un país subdesarrollado se caracteriza por la poca educación, la desigualdad y el bajo nivel de desarrollo humano, y esto es algo que caracteriza a Guatemala, además de la violencia y delincuencia que hay en muchos otros países. El pueblo guatemalteco no entiende la importancia de la educación. Quizá ésta sea la única manera de salir del subdesarrollo, de controlar la natalidad, de aumentar la productividad, de convivir con armonía y reducir la delincuencia y respetar el medio ambiente.
Hoy en día en una pequeña población de 1.000 habitantes, quizá sea sólo una persona la que llegue a terminar sus estudios secundarios.
Esta persona será la ó el raro del pueblo, que se marchará a la ciudad, mientras, sufre viendo a su madre tejiendo telas a mano e intentando vendárselas a los turistas por una miseria. Sufrirá viendo como su pueblo se subestima frente a los turistas pensando que ellos no tienen sus mismas oportunidades. Lo cierto es que oportunidades tiene menos, pero las pocas que tienen no las aprovechan.
Para salir del subdesarrollo hay que cambiar ciertas cosas. Una de ellas puede ser romper con el amiguismo en las instituciones, en el gobierno, en el trabajo o en los estudios. La población de Guatemala quiere salir del subdesarrollo pero insiste en pedir favores y discrimina a unos sintiéndose discriminado por otros más tarde. Quiere formar parte de un país desarrollado, pero no quiere pagar impuestos, el empresario no mejora las condiciones de trabajo de sus asalariados. El guatemalteco no denuncia los abusos de poder de funcionarios o empresarios. El guatemalteco quiere que su país cambie, pero sigue tirando basura a la calle. No se sabe que generación luchará por cambiar el futuro de sus hijos, ya que parece ser que la generación actual no está por la labor.