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Jeroglíficos usados en la ciudad de Palenque
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Desafortunadamente los sacerdotes españoles, celosos, ordenaron la quema de todos los libros mayas poco después de la conquista.
El hecho fue un gran golpe a la conservación del conocimiento de la antigua escritura maya. Aunque muchas inscripciones en piedra aún sobreviven (la mayoría de ciudades que ya estaban abandonadas cuando llegaron los españoles), sólo tres libros y algunas páginas de un cuarto sobreviven de las antiguas bibliotecas. |
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Terrones rectangulares de yeso son un descubrimiento frecuente en la arqueología maya; parecen ser restos de lo que una vez fueron libros, después de que todo el material orgánico se pudrió.
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En referencia a los pocos escritos mayas precolombinos aún existentes, Michael D. Coe, arqueólogo de la Universidad de Yale dijo:
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“Nuestro conocimiento del pensamiento maya antiguo representa sólo una minúscula fracción del panorama completo, pues de los miles de libros en los que toda la extensión de sus rituales y conocimientos fueron registrados, sólo cuatro han sobrevivido hasta los tiempos modernos (como si todo lo que la posteridad supiera de nosotros estuviera basado en tres libros de oraciones y El Progreso del Peregrino”.
Michael D. Coe, The Maya, Londres: Thames y Hudson, 4ª ed. 1987, p. 161.
En cuanto al estudio de la escritura maya existen dos versiones.
Por la primera versión tenemos a los epigrafistas. Entre éstos comenzamos con Constantin Rafines, que en 1832 fue el primero que descifró los grifos numerales. Después tenemos al ruso Yuri Knorozov, quien realizó un estudio para descifrar la lengua maya, el cual fue bloqueado por varios arqueólogos. Sin embargo sus esfuerzos son ahora reconocidos por los estudiosos de la civilización maya. Actualmente existen cerca de 30 epigrafistas en el mundo.
Por la segunda versión tenemos al Doctor Ramón Arzápalo Marín, filólogo y mayista (no epigrafista aunque conoce bien su lengua) quien declara que hasta el momento ha habido varios fracasos por descifrar la escritura maya, pues no es alfabética (como Diego de Landa propuso) ni silábica sino logoideográfica. En este tipo de escritura se dificulta la lectura al tener, como otras lenguas, expresiones populares y religiosas, frases idiomáticas, etc.
Los progresos de los epigrafistas hacen que se puedan leer, entre otros documentos, las estelas y ahora han salido a la luz informaciones reveladoras, como las fechas, los acontecimientos, los nombres y cargos de los personajes, los lazos familiares y en ocasiones aparece la frase “se lo comió”, haciendo referencia al canibalismo ritual. El trabajo de los epigrafistas es muy interesante y son ellos quienes se encargan de descifrar la escritura maya. Varias universidades preparan actualmente más generaciones de epigrafistas.
Hay que tener en cuenta la complejidad de este sistema de escritura ya que estudios recientes demuestran que los mayas usaban en sus textos el sistema alfabético y el sistema ideográfico incluso en la misma palabra.
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Literatura
Hay pocos ejemplos de la literatura maya, pues muchos códices mayas (libros) fueron destruidos por el tiempo, la humedad o los misioneros españoles y sólo se salvaron cuatro: El Códice de Dresde; el Códice Tro-Cortesiano, el Códice Peresiano y el Códice Grolier que se encuentran respectivamente en Dresde, Alemania; Madrid, España; París, Francia; y Ciudad de México, México. Los Libros de Chilam Balam, El Popol Vuh y Los Anales de los Cakchiqueles fueron escritos respectivamente en maya yucateco, quiché y cakchiquel utilizando el alfabeto latino traído por los españoles. Así, la “pureza” de estos libros está bajo sospecha pues los españoles pudieron haber influido de forma directa o indirecta, pero de cualquier forma, son libros mayas, es decir de los mayas que vivieron en tiempos de la colonia española. En el caso del Popol Vuh, el descubrimiento de un bajorrelieve de 1.500 años de antigüedad en la Acrópolis, (una pirámide de cerca de 75 m de altura) en Toniná, Chiapas, podría confirmar la autenticidad del Popol Vuh. La decoración muestra 4 dignatarios mayas, representando los señores del mundo subterráneo y a la guerra, la agricultura, el comercio y el respeto a la divinidad. Juan Yadeun, director de las excavaciones en Toniná, sostiene que, en el Popol Vuh y en otros antiguos textos, se encuentran muy a menudo descripciones de los cuatro dignatarios, llamados a representar la estructura y la iconografía misma del poder en el mundo maya clásico. |
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